Tlatelolco
Este país no nació hace 200 años como tanto pregonan los políticos
contemporáneos y sus libros de texto, hechos a la medida de su ceguera,
corrupción e indolencia. En Tlatelolco es visible y presente la historia
que quieren que olvidemos porque de ninguna manera es festiva, por el
contrario, está marcada por el asesinato de los vencidos: mexicas en
1521, estudiantes en 1968, residentes del edificio Nuevo León en 1985.
En Tlatelolco confluyen miles de vidas en un saturado y grandilocuente
diseño funcionalista que obliga a pensar al individuo bajo la retícula
de poder que estructura a la sociedad. La arquitectura delimita a cada
uno el lugar que debe ocupar y en ese pequeño hábitat el ciudadano
imprime su subjetividad, su día a día. Esto le tributa a Tlatelolco una
policromía y una pluralidad efervescente.
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