Sobre los colonizados manipuladores

Estas son las palabras del colonizado secretario de economía Gerardo Ruiz Mateos, al que podríamos llamarle de ahora en adelante el no queremos ver, estas líneas que siguen son su propio rollito:

“es increíble salir del país y estar en el país fuera del ámbito político, del ámbito en el que estamos aquí, ver cómo nos ven de afuera, como un país de grandes oportunidades, un país que tiene todo por delante, un país que tiene una gente maravillosa… México es un país donde quienes han venido a invertir son los que mejores salarios pagan. Tienen en México sus empresas, las plantas más productivas del mundo y es gracias a su gente… México tiene una posición geográfica inigualable para el comercio de bienes y evidentemente lo que están viendo es la firmeza del presidente para enfrentar un problema, difícil, pero un problema que se va a solucionar… Todo esto lo ven fuera y por ello no han bajado los flujos de inversión, ya que es mucho más pesimista lo que vemos los mexicanos dentro de lo que ve la gente fuera de México… Nos dicen optimistas, no; queremos ver el México que queremos ver, no queremos ver un México derrotado, el México con problemas, queremos ver el México del futuro, y ellos lo están viendo… Es cosa de que veamos mucho más positivo al país, y seguramente habrá oportunidades para mexicanos y extranjeros, porque este país tiene todavía muchísimo que darnos a todos los mexicanos, para mejorar el nivel de vida de los mexicanos.”
Extracto de la columna de Carlos Fernández-Vega, México SA
en La Jornada, jueves 2 de octubre de 2008.
Esta es la época en que rige el principio de la democracia moderna y la manipulación cínica de ese principio. Para John Berger esta manipulación es endémica aunque no exclusiva de la política burguesa y del capitalismo avanzado (él escribía a propósito del régimen de Hitler y su propaganda mediática), así que se aplica también para México, cuyo capitalismo es dependiente y periférico, la riqueza y pujanza de la oligarquía no cuentan como riqueza nacional.... hasta que se expropie. Se trata del abismo existente entre los discursos y las acciones de los políticos modernos, pero sobre todo de "la propia confianza del manipulador, su propia indiferencia a la flagrante contradicción en la que él mismo se encuentra, entre las palabras y las acciones."

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